En La Blanca, Chocolá, Kaminaljuyo, Takalik Abaj, Copán, Izapa ...
Primera pasada (hacia el Sur) dentro de un mes.
Pienso que el Sol es el objeto celeste más apropiado para establecer la pauta de un calendario, por la simplicidad de su concepción y manejo.
Vea mis razones:
Sin embargo el apoyo de algunos parece tibio, prefieren relacionar los 260 y los 13 días con aspectos humanos, de cosechas, magia numérica, etc., no como una consecuencia de observación astronómica y uso de matemática básica.
Hay también quienes lo rechazan del todo, considerando que es muy circunstancial, asociar los 260 días a una determinada latitud geográfica, parece una objeción razonable.
También hay explicaciones que se justifican con series numéricas, sumas, restas, productos y divisiones matemáticas, cuyo resultado se acerca a períodos de planetas, la luna y eclipses.
Bueno algunos de estos sitios son de expertos en el tema y posiblemente sus argumentos sean más válidos y respaldados por sus investigaciones de campo.
Por ahora solo les resumo en el cuadro siguiente lo que encontré respecto a la pasada cenital del Sol sobre algunos sitios mayas importantes, entre agosto de cualquier año y abril del siguiente (260 días). Fue entretenido, aprendí y me motivé para volver a Izapa en Chiapas, México y a Copán en Honduras, si no este 12/13 de agosto 2010, entonces el 29/30 de abril 2011, para presenciar una pasada cenital del Sol.
Fechas e intervalo entre dos pasajes cenitales del Sol sobre sitios maya.
La pasada cenital hacia el Norte (cuarta columna) corresponde al siguiente año.
Las fechas están basadas en la tabla de ascensión recta y declinación del Sol, que puede consultar en el sitio Naval Oceanography Portal.
Obviamente los valores para hace tres mil o dos mil años son diferentes que los del 2010, pero no mucho, ya que la precesión y otros factores de cambio, afectan en menor grado a la declinación.
En la fecha en que la declinación del Sol es igual a la latitud geográfica de un lugar, hay un pasaje cenital de dicha estrella.
La fecha gregoriana actual o pasada, tampoco es importante para medir el intervalo de 260 días, los pasajes cenitales ocurren en algún día del Tzolkin y del Haab y simplemente se hará la resta para medirlo.
Creo que los pequeños ajustes que habría que hacer para colocar los pasos cenitales del Sol y medir su diferencia en días, durante el Período Maya Preclásico o el Período Maya Clásico, están entre los márgenes de incertidumbre para observaciones al ojo desnudo (± 2 días), lo cual hace que el intervalo de 260 días, sea muy probable. Resumiendo entonces:
Pienso que el Sol es el objeto celeste más apropiado para establecer la pauta de un calendario, por la simplicidad de su concepción y manejo.
Vea mis razones:
- Se ve todos los días, excepto en las zonas polares.
- Su ciclo coincide con las temporadas climáticas de la Tierra, porque determina las estaciones en gran manera.
- No tiene un período sinódico y entonces no hay problemas por conjunciones, tránsitos, pequeñas elongaciones, etc., excepto en eclipses solares, lo cual por el contrario agrega un aspecto interesante a su observación.
- Su brillo (magnitud aparente) es esencialmente el mismo debido a que su distancia a la Tierra tiene muy poca variación y no cambia como el de los de los planetas Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
- No presenta fases como la Luna, que disminuyan su visibilidad.
- No sufre cambios de dirección aparente (movimiento retrógrado), el movimiento del Sol siempre es progrado.
- Aunque no debemos verlo directamente, excepto al salir y al ocultarse (quizás su único inconveniente), esto se ha resuelto por medio de observación indirecta usando equipo de proyección muy simple (varillas, bolitas y agujeros) con una geometría elemental.
- Su pasaje cenital presenta características astronómicas interesantes, a las que se les puede fácilmente asociar algún tipo de mitología, necesaria en el pasado para ejercer dominio o control sobre la población:
Lógicamente ocurre a la mitad del día para convocar al pueblo a una ceremonia. Para observaciones al ojo desnudo y proyecciones, puede manejarse por los sacerdotes sin dificultad, en un ámbito de tres días (± 1 día alrededor de la fecha), especialmente para latitudes cercanas a los dos trópicos, porque el Sol viaja más lento (en declinación), que durante los equinoccios.
La pasada cenital es una especie de clímax solar, casi equivalente a un solsticio.
Luego el Sol se aleja, poco a poco hacia el Sur en el caso de Mesoamérica, disminuyendo su iluminación y efecto térmico, haciéndonos pensar que podría no regresar un clima más favorable.
Se detiene en la fecha del solsticio de diciembre y empieza a regresar, para de nuevo brindarnos un nuevo pasaje cenital ahora hacia el norte, con la oportunidad para renovar vínculos y hacer otra celebración. - Imagine entonces como sería de fuerte la impresión, en un pueblo que hubiese decidido tener sus templos exactamente en el Trópico de Cáncer (o de Capricornio), para hacer coincidir la pasada cenital con el solsticio, aproximadamente cada 365 días.
Quizás no lo hicieron porque en los alrededores de las líneas tropicales de la Tierra hay áridos desiertos.
Sin embargo, sería interesante estar en un solsticio de junio, cerca de Fresnillo (23º 10' 32' Norte), Zacatecas, en México para ver un solsticio con sol cenital.
Sin embargo el apoyo de algunos parece tibio, prefieren relacionar los 260 y los 13 días con aspectos humanos, de cosechas, magia numérica, etc., no como una consecuencia de observación astronómica y uso de matemática básica.
Hay también quienes lo rechazan del todo, considerando que es muy circunstancial, asociar los 260 días a una determinada latitud geográfica, parece una objeción razonable.
También hay explicaciones que se justifican con series numéricas, sumas, restas, productos y divisiones matemáticas, cuyo resultado se acerca a períodos de planetas, la luna y eclipses.
Bueno algunos de estos sitios son de expertos en el tema y posiblemente sus argumentos sean más válidos y respaldados por sus investigaciones de campo.
Por ahora solo les resumo en el cuadro siguiente lo que encontré respecto a la pasada cenital del Sol sobre algunos sitios mayas importantes, entre agosto de cualquier año y abril del siguiente (260 días). Fue entretenido, aprendí y me motivé para volver a Izapa en Chiapas, México y a Copán en Honduras, si no este 12/13 de agosto 2010, entonces el 29/30 de abril 2011, para presenciar una pasada cenital del Sol.
Fechas e intervalo entre dos pasajes cenitales del Sol sobre sitios maya.
La pasada cenital hacia el Norte (cuarta columna) corresponde al siguiente año.
Las fechas están basadas en la tabla de ascensión recta y declinación del Sol, que puede consultar en el sitio Naval Oceanography Portal.
Obviamente los valores para hace tres mil o dos mil años son diferentes que los del 2010, pero no mucho, ya que la precesión y otros factores de cambio, afectan en menor grado a la declinación.
En la fecha en que la declinación del Sol es igual a la latitud geográfica de un lugar, hay un pasaje cenital de dicha estrella.
La fecha gregoriana actual o pasada, tampoco es importante para medir el intervalo de 260 días, los pasajes cenitales ocurren en algún día del Tzolkin y del Haab y simplemente se hará la resta para medirlo.
Creo que los pequeños ajustes que habría que hacer para colocar los pasos cenitales del Sol y medir su diferencia en días, durante el Período Maya Preclásico o el Período Maya Clásico, están entre los márgenes de incertidumbre para observaciones al ojo desnudo (± 2 días), lo cual hace que el intervalo de 260 días, sea muy probable. Resumiendo entonces:
- Si el Tzolkin de 260 días, lo mismo que el Haab de 365 días se pueden establecer por medio de observaciones solares, al alcance de un sacerdote o gobernante con conocimientos promedio.
- Si multiplicar y dividir por 20 (la base del sistema vigesimal usado por los mayas) debe haber sido muy simple para los mayas de la época y aún ahora. Solo hay que agregar o eliminar un cero (una concha) en el nivel inferior (subir o bajar un nivel en la notación de barras [5] y puntos [1]). Tan básico y cotidiano, como les sucede a nuestros escolares, usuarios del sistema decimal, lo primero que dominan a corta edad es multiplicar y dividir por 10.
- ¿Podemos pensar entonces que el número 13 de los nombres del Tzolkin, puede ser simplemente el resultado de dividir 260 por 20?
- ¿Y qué el número 18 en los días de cada "mes" del Haab y el número de 5 de Uayeb, podrían ser simplemente el resultado del cociente y el residuo de dividir 365 por 20?
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