Albireo, en el Cisne

miércoles, 11 de junio de 2008

Luna sobre Iztaccíhuatl

(Original publicado: viernes 2 de noviembre de 2007)

El 31 de octubre a las 11 a.m., más o menos un día antes de la fase lunar exacta del cuarto menguante del mes de noviembre (1/11: 15:18), tomé esta foto que muestra a la Luna, el satélite natural de la Tierra sobre el volcán Iztaccíhuatl ("la mujer dormida"), vigilada por su amante, el volcán Popocatépetl a la izquierda.

El volcán Popocatépetl (" la montaña que humea") con su cima a 5452 metros sobre el nivel del mar, ha mostrado activividad contínua desde 1994.


Cuando he visitado la ciudad de Puebla, casi siempre he tenido la oportunidad de observar una erupción volcánica y la cambiante cobertura de su cima, con ceniza, nieve o ambas.



Aprovecho esta oportunidad para comentar el hecho de que un buen número de autores e ilustradores de libros de cuentos, novelas, revistas y aún libros de texto, continúan reafirmando, quizás por falta de cuidado, algunas de las siguientes percepciones que son total o parcialmente erróneas y que deberíamos tener cuidado en no enfatizarlas:
  • La Luna sale cuando el Sol se oculta.
  • En la noche se observan las estrellas y la Luna.
  • El Sol nos ilumina durante el día y la Luna durante la noche.
  1. Que la Luna sale cuando el Sol se oculta es solamente cierto en las horas muy cercanas a la fase de Luna llena, si por salir queremos referirnos al orto del satélite, esto es cuando atraviesa el horizonte oriental del observador (altura astronómica 0°).

    Aquí, debe distinguirse correctamente entre salir y verse, porque si a la puesta del Sol, la Luna tiene una cierta altura, pues la vemos tan pronto el nivel de oscuridad sea propiado y a veces antes, pero esta no es su salida (= orto).

  2. Sabemos que la luna nueva visualmente viaja muy cercana al Sol, motivo por el cual y por suerte para los astrónomos, no hay luna en esa fecha, primero porque no se ve y segundo porque se oculta con el sol. Son las noches más apropiadas para observar el cielo -sin luna-.

    En los días que siguen continúa nuestra suerte y solo hay luna por unas pocas horas despúes de la puesta del sol, para poder ver no solo estrellas y planetas brillantes, sino también los objetos de cielo profundo como nebulosas y galaxias, que tienen poca magnitud visual.

    En el cuarto creciente sólo hay luna más o menos después de la puesta del Sol, hasta la media noche.

    La luna llena, por estar en oposición con el Sol, nos ilumina prácticamente toda la noche, pero comienza a faltar durante unas horas después del ocaso de nuestra estrella en los días siguientes a la fase.

    En el cuarto menguante, la Luna sale más o menos a las doce de la noche y cuando llega el amanecer aún está alta en el cielo.

    En los días que siguen sale cada vez más tarde antes del amanecer y entonces de nuevo tenemos noches con pocas horas de Luna, una buena oportunidad para de nuevo observar las estrellas.

  3. ¿Y cuando podemos ver la luna durante el día?

    Después de la
    luna llena podemos ver al satélite en las primeras horas del día siguiente.

    En
    cuarto menguante como la Luna sale cerca de las cero horas, en teoría podemos verla desde las seis de la mañana hasta que se oculta a las doce horas.

    Cerca de las otras fases hay mucha iluminación debida al Sol y no es fácil ver la la Luna durante el día, aunque tenga cierta altura sobre el horizonte.
Aproveche usted las próximas lunaciones, para que compruebe cuando puede ver la Luna de día y cuando de noche.

Dicen que un mayor número de personas tiene oportunidad de ver la Luna durante el día.
¿A usted que le parece?
¿Será porque de noche la mayoría de los humanos estamos durmiendo?

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