Aunque parece que si nos llegará una temporadita de poca lluvia, el veranillo de San Juan.
El solsticio de junio, marca oficialmente el inicio de la estación llamada verano en el hemisferio norte, al menos desde el punto de vista astronómico, que toma en cuenta para definirlo, la manera en que la Tierra está iluminada por el Sol, no precisamente sus consecuencias climatológicas.
Debido a la inclinación de 23,5º del eje de rotación de la Tierra, respecto a la perpendicular al plano de su órbita, la declinación del Sol varía entre ± 23,5º respecto al ecuador.
Los puntos extremos ocurren respectivamente en el Trópico de Cáncer durante el solsticio de junio y en el Trópico de Capricornio, durante el solsticio de diciembre, cuando los rayos solares inciden perpendicularmente sobre las respectivas latitudes. El punto medio ocurre precisamente en el Ecuador, durante los dos equinoccios, en marzo y en setiembre.
Es interesante hacer una discusión sobre la manera cambiante en que la Tierra es iluminada por la luz del Sol, sin tomar en cuenta el clima. Esto último la haría más real y compleja, como lo sabe el meteorólogo y no estoy preparado para ello. También omitiré los aspectos fuertemente variables del tiempo atmosférico, que en un pequeño país ecuatorial como el nuestro no es nada fácil de investigar y predecir, por eso admiro a nuestros meteorólogos, hacen muy buen trabajo.
Todas las latitudes de la Tierra, excepto el ecuador, experimentan una distribución asimétrica de la iluminación solar, asimetría que es máxima en los polos.
Pero lo más importante para efectos del clima, el tiempo atmosférico y las estaciones como las conocemos, es que la atmósfera y la hidrosfera no es determinista, por el contrario, presentan una especie de histéresis, esto es, su comportamiento en un momento depende de sus estados previos. Por eso, en dos fechas en que la iluminación solar es similar, digamos los pasajes cenitales del sol en abril y en agosto, el tiempo atmosférico es bastante diferente.
Para la latitud promedio de Costa Rica (10º norte), si consideramos solo la iluminación solar, podríamos hacer las siguientes apreciaciones:
- 16 de abril, Sol cenital .
Situación algo similar (en forma) al equinoccio de marzo en el ecuador. - 20 de junio, Punto extremo de la iluminación solar por el norte, durante el solsticio.
La declinación* del Sol sería +13,5º, si esta se midiera respecto a la latitud de Costa Rica. - 28 de agosto, Sol cenital.
Situación algo similar al equinoccio de setiembre en el ecuador. - 3 de octubre, Punto simétrico de la iluminación solar por el sur.
El Sol tiene una declinación de -3,5º, pero si la midiéramos respecto a la latitud de Costa Rica, sería -13,5º Sur. - 21 de diciembre. Punto asimétrico, extremo de la iluminación solar por el sur, durante el solsticio.
Si midiéramos la declinación respecto a la latitud de Costa Rica, sería -33,5º Sur.
Así que, si se nos antojara definir las estaciones, con referencia a la manera en que nuestro país es iluminado por el Sol, podríamos escoger las siguientes:
a) Inicio de la primavera*: 16 de abril (sol cenital).
Sol sale: 5: 23: 18, se oculta: 17: 46: 48. Día dura 12h 24m.
¡65 días!
b) Inicio del verano*: 20 de junio.
Sol sale: 5: 16: 48, se oculta: 17: 59: 12.
Día más largo = 12h 42 m.
No significa temporada seca, puede o no llover. De hecho es posible que haya lluvia (como ocurre durante el verano en las zonas templadas), puesto que al haber más iluminación, hay mayor energía solar, evaporación y formación de nubes. Pero mejor esto consúltelo con su meteorólogo.
¡68 días!
c) Inicio del otoño*: 28 de agosto (sol cenital).
Sol sale: 5: 27: 18, se oculta: 17: 47: 18. Día dura 12h 20m.
Posiblemente tendremos lluvias, pues la situación de la energía solar es semejante a la de primavera*.
¡65 días!
d) Inicio del invierno*: 3 de octubre.
Es el día de la posición simétrica del sol, respecto al sol cenital.
Sol sale: 5: 24: 48, se oculta: 17: 25: 24. Día dura 12h 1m.
21 de diciembre: día más corto = 11 h 50 m.
Sol sale: 5: 31: 00, se oculta: 17: 21: o6.
El invierno* duraría ¡167 días!
Al final no me gustó mucho la corta duración de la primavera*, el verano* y el otoño*, pero especialmente el largo y asimétrico invierno* (¡más de cinco meses!).
Desde luego a todo esto hay que echarle encima los efectos meteorológicos producidos por la atmósfera y la hidrósfera de la Tierra.
Bueno, al menos me divertí escribiendo esto y posiblemente aprendí algunos detalles que no tenía claros.
¿A usted que le parece?
Me gustaría conocer su opinión.